LOS PRIMEROS EN CAER: AUTORIDADES POLÍTICAS


1936 - 1946

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ADENDA

LA MASONERÍA EN ESPAÑA

La masonería sufrió en España durante toda la dictadura franquista la más cruel y larga persecución que ha padecido la sociedad masónica en todos los países del mundo durante sus casi 300 años de historia moderna. Ni Hitler, ni Mussolini, ni Stalin; ni siquiera los papas, en la medida en que pudieron -y en ocasiones pudieron mucho-, persiguieron a los masones con la saña de aquel general sublevado en 1936 que, como cuentan los historiadores Xavi Casinos y Josep Brunet en su libro Franco contra los masones (Ed.Martínez Roca, 2007), habría intentado hacerse masón dos veces, la primera en Larache (Marruecos) y la segunda en Madrid. No fue admitido: se le notaba demasiado que su único interés era medrar en el Ejército, donde había no pocos masones.

Cómo Franco intentó ser masón en Larache (Marruecos):

Diego de Lora Benaím, hijo de un militar republicano y masón destinado en África, la escucha de labios de Carles Martí Feced, médico catalán y consejero de la Generalitat republicana. Este personaje le revela que en el año 1927 su padre, Cristóbal de Lora Castañeda, y otros oficiales del Ejército, habían emitido un informe absolutamente desfavorable sobre la petición de ingreso formulada por su compañero de armas, Francisco Franco Bahamonde. Tanto Lora, que era un teniente de 32 años comprometido con la milicia y la mejora social de Marruecos, como sus compañeros, consideraban que un militar bravucón, orgulloso de sus matanzas en la Campaña del Rif, pedante y mal compañero, no reunía las elementales condiciones para formar parte de una organización de base humanitaria como la de ellos concedían a la masonería. El informe de Lora fue escuchado y las puertas de la Lukus se cerraron para siempre al paso de Franquito. Este hecho sería decisivo en la vida de sus protagonistas. Primero, porque Franco hará cruzada antimasónica cuando alcance el poder absoluto en España. En segundo lugar, porque Martí conocerá muchos años de exilio, y finalmente, porque Cristóbal de Lora pagará con la vida su lealtad a la república, y quien sabe, si también la redacción de aquel antiguo informe que Franco no ha olvidado. Lora, que entonces ya es capitán de Infantería, fue encarcelado el 19 de julio en la fortaleza del monte Hacho en Ceuta, y sometido a torturas especialmente sádicas que incluso dificultan la identificación del cadáver. Finalmente se le fusila el 10 de agosto, según unas fuentes, o el 18, según otras. Aunque en aquel momento son muchos los militantes republicanos pasados por las armas, da la impresión de que la muerte de Lora se programa con especial vesania, como si de los sublevados, le aplicasen una venganza específica.

El resultado de aquel rechazo fue espeluznante. Franco no lo perdonó en todos los días de su vida. Entre 1939 y 1975, cerca de 16.000 españoles perdieron la vida acusados del delito de masonería. En los archivos de Salamanca se conservan más de 80.000 fichas que corresponden a otras tantas personas que fueron represaliadas -cárcel, exilio, pérdida del trabajo...- por ese motivo. Lo tremendo es que, cuando Franco se sublevó, no había en España más allá de 6.000 masones.

España sigue siendo católica, apostólica y romana. Y la jerarquía de la Iglesia persigue a la masonería moderna casi desde el mismo momento en que ésta se constituyó, tres siglos va a hacer. ¿Por qué? Pues es muy sencillo. Porque esa jerarquía no admite a un grupo de personas que acepte todas las religiones, que busque el perfeccionamiento ético del ser humano sin tener que obedecerles a ellos, que no imponga ni soporte dogmas, que defienda la libertad de conciencia y el pensamiento libre, que no se crea en posesión de la verdad... Ahí está el asunto, mucho más que en Franco.

José Carretero (GLE) ofrece una definición de la masonería que coincide, en lo esencial, con la de todos los demás: "Es un grupo de personas que se llaman hermanos entre sí y que se reúnen para lograr dos cosas: su perfeccionamiento personal y, a consecuencia de eso, la mejora de la sociedad. Es un grupo iniciático que trabaja mediante símbolos y alegorías. Nuestra herramienta básica es el ritual masónico. Y nuestra forma de trabajar es una dinámica de grupo en la cual se intenta que cada cual se haga mejor persona, más respetuosa, más tolerante y más libre. Es decir, que sea cada vez más útil a la sociedad".

Farrerons opina de modo muy semejante: "Somos una sociedad de personas libres que buscan puntos en común. Vender ideales como la libertad, la igualdad, la fraternidad, la tolerancia, el respeto, la ética... es difícil en una sociedad como la nuestra, materialista e individualista. A la gente le cuesta escuchar, y los masones estamos acostumbrados a hacerlo; el método masónico te empuja a reflexionar, a respetar la diversidad de los demás, otros puntos de vista. Siempre digo que somos muy buenos mediadores. En masonería no buscamos personas de cierta clase, o poder económico, o posición social: damos importancia a los valores, a los principios de humanismo. No somos una secta: no hay gurús, a nadie se le dice qué tiene que pensar. No estamos en posesión de ninguna verdad: la buscamos".

Así pues, estamos ante un grupo de personas que se reúnen más o menos cada quince días; que trabajan con la razón pero también con símbolos; que mantienen, dentro de la estricta democracia interna, una estructura jerárquica basada en tres grados sucesivos (aprendiz, compañero y maestro); que usan ritos y ceremonias muy antiguos, y todo con el objetivo esencial de perfeccionarse a sí mismos mediante el ejercicio minucioso del diálogo, el respeto y la profundización en los valores ilustrados de la convivencia y la filosofía. Es lo que los masones llaman "pulir la Piedra Bruta", metáfora que procede de los canteros medievales (como casi todos los símbolos de la masonería: la escuadra, el compás, la plomada, el nivel, la regla) y que indica que cada ser humano es una piedra irregular; el trabajo masónico consiste en ir tallando, día a día, esa piedra hasta convertirla en un sillar cúbico, de proporciones perfectas, que forme parte del templo de una humanidad mejor, más sabia y más libre.

¿Ya está? ¿Eso es todo? ¿Un camino de perfeccionamiento personal? Sí y no. La masonería moderna tiene un carácter eminentemente solidario. Los masones se llaman a sí mismos hijos de la viuda, término que alude a su vocación humilde y fraternal, y destinan buena parte de sus ingresos (lo que llaman el tronco de la viuda) a ayudar a los demás. En los años 20 y 30 del siglo pasado, los masones españoles se distinguieron por su furor educativo: en cuanto juntaban algo de dinero, creaban inmediatamente escuelas que se distinguían por su alto nivel de formación... y, desde luego, por su laicidad. Hoy, todas las Obediencias españolas colaboran, en la medida de sus posibilidades, con proyectos humanitarios: hospitales en África, envío de medicinas a Cuba, proyectos de reforestación en el Sahel, ayuda a niños con problemas...

Gerardo Abad Conde inició al doctor Rafael de Vega Barrera en la Masonería, este perteneció a la Logia Lucus número cinco del Noroeste de España con el símbolo Dantón. El 29 de junio de 1929 obtuvo el grado de maestro con exaltación número cuatro. Fue perseguido por el Tribunal para la Represión de la Masonería y del Comunismo. Se le incoó expediente el 13 de noviembre de 1943, pasando a la Fiscalía el 25 de abril de 1944. Fue sentenciado el 27 de octubre de 1944, la pena aplicada fue: fallecido. El doctor Vega Barrera fue fusilado el 21 de octubre de 1936. Uno de los médicos que testificaron falsamente en la causa 330/36 contra el doctor Vega Barrera fue el Presidente del Ilustre Colegio de Médicos de Lugo en el año 1943 José Lomas Díaz, que a requerimiento del Juez Instructor del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo le remitió con fecha de 23 de noviembre de 1943 el siguiente oficio:

En el oficio figura como causa de la muerte del doctor Rafael de Vega Barrera FALLECIMIENTO.

Finalmente la causa de extinción de responsabilidad criminal, que no de responsabilidad patrimonial, fue: "fallecimiento del encartado". Se procedió al sobreseimiento de la causa numero 943/43 el 25 de abril de 1944. 

El 25 de abril de 1952 mediante un Decreto de indulto fue levantado el embargo del patrimonio familiar de la familia del doctor Rafael de Vega, previo pago de una multa de 25.000 pesetas. Nunca fue publicado el Decreto en un Boletín Oficial del Estado. 

Fuente del Artículo "La Masonería en España":

-  Los diez masones más influyentes de España, Luis Algorri. (10 de julio de 2007. www.tiempodehoy.com).

-  El Capitán de Lora, Eulalia Moncó.  (Martes, 13 de julio de 2004, El Progreso de Lugo).

-  Centro Documental de la Memoria Histórica. 

ADENDA 


TESTIMONIOS DE PACIENTES DEL

 DR. RAFAEL DE VEGA BARRERA

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